Borbotea la noche efervesciendo esperanzas,
relegando quehaceres,
sorprendiendo quimeras.
Un paraíso de algodón y seda se va apoderando despacio,
muy despacio de mí
calmando mis ansias
Vuela una presencia de azúcar en el misterio de una noche sin luna
y tu recuerdo;
Extraño, como extraño aquel aire embelesado
que llenaba en otro tiempo desvaríos nocturnos
donde los delirios me sonreían
desde las páginas en blanco de una historia inacabada
y en el cenit de la pluma se deshacían los sueños
ensimismados de tu lejanía
emborronando todos los espejos sin luz de mi alcoba
entregados en la ofrenda de dioses ignorados
en las alforjas de la vida.