Podrán caer sobre mí mil tormentas,
sacudirme la furia de malditos
huracanes que me intenten arrastrar al lodazal
de miserias ajenas, podrán pretenderme mil titanes,
fieras repugnantes acosarán mis murallas,
innumerables flechas inquinas querrán clavarme,
venenos abominables intentarán sucumbir mi entereza
mas todo eso será inútil, todo esfuerzo vano
jamás de los jamases nada
logrará nunca que yo me someta.
Mi fuego es impoluto y eterno,
y pura es mi perfecta imperfección,
la rebeldía tengo por bandera
mi sino, la soledad,
mi fuerza, la pasión
y tengo un ángel en el cielo
que me guarda el corazón.
que bueno que las alas de tu angel guarden tanto poder de mujer….
seguiremos leyendo tus poemas…gracias.
Gracias a ti por leer y comentar. Un abrazo.
Grandioso…! aplausos….